No somos el enemigo: Una carta abierta apostando por el futuro en Cuba

Bandera cubana y palma real

No son los mismos tiempos. Ya no hace falta irse a la Sierra con un fusil para ayudar a Cuba, tampoco cargar con un quinqué y alfabetizar. El tiempo pasa, las generaciones cambian, y los hijos se parecen más a sus tiempos que a sus padres. La juventud no es el enemigo, aunque algunos siempre hablen de cañas más grandes y vacas más gordas sin avanzar en el almanaque. No es el enemigo aquel que pide Internet para chatear en Facebook, el que quiere ver la cinta Rápido y Furioso que se filmó en La Habana, aunque eso no aporte nada a sus valores, o el que quiere usar ropa de “marca” para salir a una discoteca. Al final todo el que ha podido ha chateado en Facebook con uno u otro fin, en algún momento ha consumido una peli de acción y hasta el Comandante usa ADIDAS. No son el enemigo por eso.

No son el enemigo los periodistas que exigen informar al pueblo de manera veraz e inmediata, sin paños tibios y sin esconderse tras la excusa, tan antigua y poco válida (como las cañas grandes y las vacas gordas), de darle armas al enemigo. El pueblo tiene derecho a saber todo aquello que para lograrse no debe permanecer oculto, al final la gente se entera de todos modos y el “enemigo” se arma con todo lo que no se dijo.

No somos el enemigo los cubanos que queremos que Cuba avance, incuso fuera del noticiero, y las buenas nuevas lleguen a los platos de todos y no solo a las prendas o a las vacaciones de algunos pocos. No son tiempos de dividir, sino de sumar, pero con ejemplos, no con discursos. Aquellos recursos destinados a dividir, a excluir, a desinformar, vamos a dárselos a personas capaces, cuadros o no, que sepan multiplicar, incluir, informar, hasta que el “enemigo” se quede sin armas.

No somos el enemigo por querer el cambio. El que no evoluciona perece, pero también perece el que no evoluciona lo suficientemente rápido. Recordemos que Zhúkov se atrevió a criticar directamente a Stalin por lo que fue destituido. Finalmente con la Operación Bagratiónrealizó el asalto final sobre el ejército alemán. Por eso no podemos temer a quienes se atreven a criticar, a veces son quienes nos salvan la vida.

Nadie se esperaba las noticias que dio Raúl, ya que la prensa y nuestros dirigentes se han encargado de dibujar un cuadro que al final era falso. No somos el enemigo los cubanos que queremos superar esta fase sin sufrir de los errores y horrores de una segunda temporada del Período Especial.

A los que censuran, los que prohíben, los que limitan, los que eliminan, les digo que reflexionen: No somos el enemigo. Queremos ayudar, pero con la verdad verdadera por delante y sin pretender ser más revolucionarios que nadie. Las críticas llueven, los adversarios acechan y el verdadero enemigo se agazapa en nuestras propias trincheras y se roba impunemente 135 millones de pesos sin que los contralores entreguen sus renuncias junto con la noticia. No somos el enemigo por denunciar a estos males.

La Revolución nos ha dado educación, a muchos, cultura, e incluso a algunos las herramientas para pensar. No somos el enemigo por hacer uso de todo lo que nos ha dado la Revolución para mejorar el país y cambiar todo lo que deba ser cambiado. No nos juzguen como tal.

Revolucionarios confundidos

Recibimiento al crucero Adonia

Pasajeros del Adonia posan junto a bailarinas cubanas en la terminal de cruceros de La Habana. Ramon Espinosa AP

En momentos en que la reciente visita de Obama a Cuba tiene a más de un dirigente necesitado de un cambio de pañales, y la tan esperada revalorización del maltrecho peso cubano hace pensar en que los pasos de bebé pueden llevar a alguna parte, más de uno se preocupa con la cotidianidad de esta isla del Caribe. Por ahí tenemos a la Graziella Pogolotti escribiendo sobre las mini banderas cubanas que mini cubrían a las cabareteras que recibieron al crucero Adonia, vendiéndoles tal vez la idea de que carne barata es lo que se sobra en Cuba. Otros se pelean por cuanto aportan a la cultura y al país los Vin Diesel y las Chanel, tal vez sin notar que el enemigo está agazapado y al acecho. Preguntar por ejemplo al presidente del ICAI que no supo responder a una pregunta tan sencilla como era cuánto le pagaron a Cuba por rodar en La Habana Rápido y Furioso. Sigue leyendo

Obama en Cuba: ¿Misión cumplida?

El avión oficial del gobierno de EE.UU., el mítico Air Force One, aterrizó en La Habana por primera vez en la historia. Foto: Reuters

El avión oficial del gobierno de EE.UU., el mítico Air Force One, aterrizó en La Habana por primera vez en la historia. Foto: Reuters

Se fue Obama a bailar tango y ha dejado a una isla dividida entre quienes aplaudieron su visita, se rieron con Pánfilo y votaron por el “cambio”, y quienes en todo ven una amenaza y se preocupan más por las palabras del “enemigo” que por nuestras acciones. Jóvenes la inmensa mayoría de los primeros, por encima de los cincuenta y con muchas prebendas que perder, la casi totalidad de los segundos. Solo el que no quiera ver (o escuchar), no se da cuenta de que algo se esconde tras las palabras del primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos, pero la juventud que no forma parte de la “sociedad civil”, todavía no le cierra la puerta al cambio. Veamos como lo ven algunos dentro de Cuba y otros fuera:

Según las palabras triunfalistas de muchos de nuestros medios, los mismo que ven al equipo de béisbol jugar como nunca y perder como siempre, y con palabras exactas de AgustínLage Dávila:

el proceso de normalización recién iniciado en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos hay que interpretarlo como una victoria mayúscula del pueblo revolucionario y socialista cubano…. (y bla,bla,bla… la muela de siempre, digo yo)

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Yoani Sánchez gana una beca con sus crónicas desde yoanilandia

Yoani Sánchez. Foto tomada de http://www.ecured.cu

Mentir es un negocio lucrativo en estos tiempos. Mienten los políticos en sus campañas (ahora mismo Obama se ha olvidado por completo de sus promesas y la Reforma migratoria que prometió fue solo una frase ganadora), mienten los grandes medios de comunicación, y donde más se miente es en Internet. Cuba es un paraíso fiscal para los traficantes de mentiras, por eso mentir en Internet es algo doblemente fructífero y se tima a las dos manos, al tiempo que se omite a cuatro y el apellido Sánchez lleva las de ganar en la competencia. Operando a mano izquierda tenemos a uno de nuestros más ilustres blogueros, con una pupila que nunca duerme para enterarse de cosas que nadie sabe de dónde saca, pero que casi siempre son “de afuera”. A este señor le va muy bien hablando de lo que pasa en España, pero es obvio que a la señora que miente desde la derecha le va mucho mejor y por eso Yoani Sánchez es marca registrada de globera (sí, de inflar globos) disidente.

Sin lugar a dudas la Sánchez es una de las políticas (aunque se define como apolítica) de origen cubano con mayor éxito económico y mediático, por lo que no me asombraría que en uno de sus tours por el país del norte tumbe del caballo a la Dra. Ana María Polo en Telemundo, por aquello de juzgar casos inventados. De seguro que Yoani si se entera de mi crítica ni se inmuta y tal vez hasta se ríe, porque yo tan solo soy un mediocre muerto de hambre, pero lamentablemente la vida es así, es trabajo de mediocres hablar de sus iguales.Que pena que mis mentiras no sean tan bonitas ni tan elaboradas, porque tal vez le podría pedir a Obama personalmente que levante el bloqueo. Sigue leyendo

Era nueva, viejas mentiras

El Fin del Mundo según los mayasAl final, como era de esperar, el mundo no se acabó. Bromeaba con unos amigos sobre la ausencia de un documento oficial que le permitiera al planeta decir el último adiós al tiempo que se desembarazaba de tanta guerra y tanto maltrato a la Pachamama. Seguramente el papelito en cuestión llevaba tantas firmas, sellos, y subsanación de los horrores de los errores, que algún burócrata maya debe darle el visto bueno, quizás para el próximo milenio.

Bromas aparte, ha comenzado una nueva era o ciclo, según la cultura maya, pero el hombre es un animal de costumbres, y cuando se acostumbra uno a mentir o a repetir como papagayo, es difícil abandonar la manía, por muy largo que sea un calendario. Cuando se habla de Cuba, con todo el respeto que se merecen mis lectores, siempre me acuerdo de un antiguo refrán que repite a cada rato mi padre: “Están como la tía Melchora, que cuando se la meten grita y cuando se la sacan llora”. Sigue leyendo