Triciclos de Taxi-Cuba: Los corsarios del Siglo XXI

Triciclos de Taxi-Cuba

En ocasiones (casi siempre) me maravillo con la previsibilidad de los artículos publicados por nuestra prensa plana, donde (casi) siempre falta la pregunta clave, el seguimiento al problema. No obstante a lo anterior, me declaro fan del semanario provincial de Cienfuegos 5 de septiembre, que sin adentrarse profundamente para descubrir el pollo dentro del arroz, urga (casi siempre) para por lo menos ver la punta del iceberg.

En el artículo La travesía inversa de los triciclos amarillos, del periodista Roberto Alfonso Lara, aun cuando se pone el dedo en la llaga, se aceptan como “cuasi” normales una serie de violaciones que los mismos infractores esgrimen en la cara del reportero con la seguridad de que poco o nada puede pasar cuando se publique el artículo de marras. En el primer ejemplo que traigo a colación, Daniel Cruz Borroto, director de Taxi-Cuba, admite con desparpajo que:

“El sistema de Taxi-Cuba no contempla ni días francos ni vacaciones” …. los titulares de los triciclos tienen la posibilidad de contratar a un ayudante que los cubra si faltan ¿?

Aunque el periodista reconoce que dichas condiciones laborales infringen los principios fundamentales que en materia de derechos establece el Código de Trabajo, vinculados al “descanso diario, semanal, y de las vacaciones anuales pagadas”, no va más allá en el asunto. No pregunta quién estableció el procedimiento, no va más allá sobre cómo se controla al posible “ayudante”, si no se han dado casos de que estos ayudantes circulen “por la izquierda”.

Tampoco pregunta a los conductores de triciclos, que quieren decir cuando alegan que “normalmente, los precios no están altos para las personas”, si la población continúa quejándose de que se les está cobrando por encima de lo establecido. Yo personalmente tengo conocimiento de algunos choferes que alegan que el vehículo después de arrendado es de ellos, y por eso cobran lo que les dé la gana y al que no le guste… ya saben.

Lo más risible es cuando no se va más allá, preguntando a las autoridades competentes, sobre el comentario de uno de los choferes que alega que, aunque la población se moleste, ellos   están obligados a alquilar su vehículo y todos saben por qué.

Tal parecería que junto con la licencia se les entrega una patente de corso que cuenta con la tácita aprobación de los encargados de controlar esta tarea, idea que al parecer comparten muchos cienfuegueros, pues como afirma uno de ellos en su comentario en la web:

Y ahora a lo que iba: por lo que aquí se cuenta e infiere de las declaraciones del compañero que hoy dirige Taxi-Cuba, a la entidad debían identificarla con un antifaz. Todo cuanto indican hacer es una incitación al libre albedrío, al desorden, a que los choferes contratados bajo un régimen de moderna explotación hagan lo que les venga en su santa gana.

Se habla de multas y sanciones a choferes, pero la realidad es que nunca he visto un inspector o funcionario de Taxi-Cuba en ninguna de las piqueras. Cualquier día se exigirá que, junto al uso del caso protector para el chofer, este debe portar un parche en el ojo, porque la espada, esa hace rato que la guardan bajo el asiento.

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