Se fue Obama a bailar tango y ha dejado a una isla dividida entre quienes aplaudieron su visita, se rieron con Pánfilo y votaron por el “cambio”, y quienes en todo ven una amenaza y se preocupan más por las palabras del “enemigo” que por nuestras acciones. Jóvenes la inmensa mayoría de los primeros, por encima de los cincuenta y con muchas prebendas que perder, la casi totalidad de los segundos. Solo el que no quiera ver (o escuchar), no se da cuenta de que algo se esconde tras las palabras del primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos, pero la juventud que no forma parte de la “sociedad civil”, todavía no le cierra la puerta al cambio. Veamos como lo ven algunos dentro de Cuba y otros fuera:
Según las palabras triunfalistas de muchos de nuestros medios, los mismo que ven al equipo de béisbol jugar como nunca y perder como siempre, y con palabras exactas de AgustínLage Dávila:
el proceso de normalización recién iniciado en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos hay que interpretarlo como una victoria mayúscula del pueblo revolucionario y socialista cubano…. (y bla,bla,bla… la muela de siempre, digo yo)