Cienfuegos a la espera de ver la luz tras Irma

La cabecera provincial de Cienfuegos sufrió los embates de los vientos de tormenta tropical. Acostumbrados como estamos a que los ciclones nos golpeen directamente, a simple vista no parecen tan grandes los destrozos provocados por el meteoro.

En contraste si parecen complicadas ciertas decisiones o a veces, la ausencia de estas. Según se comenta se decidió evacuar tarde ciertos lugares, mientras que vallas y carteles destrozados inundan la ciudad. No hay fluido eléctrico, ni siquiera a estas alturas se han identificado las roturas a la espera de que se tomen decisiones a nivel de país.

Sin electricidad tampoco hay abasto de agua ya que los grupos electrógenos fallaron, sin que a nadie se le ocurriera antes comprobar su funcionamiento.

Se ha previsto muy poco, y el malestar y la incertidumbre comienzan a hacer presa en muchos ciudadanos, al tiempo que se les pide una calma que no pueden escuchar debido a la ausencia de electricidad. La falta de esta perjudica además la cocción de alimentos en una ciudad que todavía la utiliza como fuente fundamental para esta tarea.

Se ha podido escuchar las estrategias que han trazado otras provincias para garantizar incluso la alimentación del pueblo, pero de Cienfuegos solo se oyen llamados a la calma sin más respuestas. Triste es escuchar como la mayoría de los dirigentes entrevistados apenas coordinan las palabras sin tener algún tipo de respuestas ni dar a conocer las estrategias previstas.
Ron y resignación parecen ser las fórmulas encontradas por muchos para olvidarse de Irma. Tan solo los camiones de las FAR son los que circulan desde ya, recuperándose sin esperar a que la noche impida avanzar en tareas que desde hace mucho debieron haber comenzado.

Hay menos nubes, lluvia y viento, mientras seguimos a la espera, con menos calma, luz y agua, de las soluciones que necesita Cienfuegos.

Ahorro energético vs Apagones en Cuba

[Ahorro energético vs Apagones en Cuba]

Mientras otras calles permanecen a oscuras en Cienfuegos durante la noche, en esta cuadra de la calle Castillo y su intersección con el Prado pude contar más de diez farolas encendidas cuando hace rato que amaneció y ya se siente el calor. Saquen ustedes sus propias conclusiones.