Odiseo y la cola de la papa en Cuba

Dice Odiseo, el héroe legendario de la mitología griega, que la Guerra de Troya y el regreso a Ítaca fueron juegos de niños comparados con las colas para comprar las papas en Cuba. El centauro Quirón jamás lo instruyó en la odisea de los coleros, las estafas de la pesa y los revendedores. La noticia se expandía de boca en boca: que viene la papa, que viene la papaaaaa… a mayor velocidad que cuando los pescadores del Vaticano visitaron Cuba.

La escasez del tubérculo, su enrevesada distribución, y la importancia histórica que este alimento ha tenido en la mesa de los cubanos, son los ingredientes de esta receta para el desastre a la que no acabamos de acostumbrarnos. Hasta la PNR es necesaria para controlar algunas colas, aunque su presencia no disuade a los revendedores que después, “a la cara del cubano”, casi equipara la libra de papa con el precio de la onza de oro en el mercado mundial. 

Hasta el año 2009 la papa tenía una casilla asegurada en la muy venida a menos libreta de abastecimiento. A partir de ese año, a iniciativa del ya desaparecido Comandante en Jefe Fidel, se pretendió extender la presencia del tubérculo, de manera liberada y al precio de un peso la libra, durante todo el año y de manera liberada. La idea, más o menos soportada por la producción y amplios frigoríficos para su almacenamiento, funcionó por un par de años. Después se fue perdiendo el empuje, las semillas, y por supuesto, la papa. El precio comenzó a escalar los 50 pesos por saco, 70, 150, 200 y ahora mismo nadie es ya capaz de hacer un cálculo correcto ya que un simple jarro con literalmente cuatro papas, se vende ahora mismo en Cienfuegos al simbólico precio de 35 pesos.

Desde 2015 la producción de papa literalmente se desplomó, e incluso la región de Horquitas en Cienfuegos, dejó de sembrarlas en algún momento. La poca que se produce se la comen en su mayoría los turistas extranjeros, un poco a la industria y dicen algunos que el consumo social se lleva también una pequeña cuota. Decía el economista Juan Triana, y cito, que:

La demanda creciente es siempre una oportunidad para incrementar producciones e ingresos, expandir capacidades productivas, introducir mejoras tecnológicas, generar nuevos negocios…Pero en nuestro caso ocurre algo único en el mundo, la demanda creciente es ¡un problema!. Esta es otra de nuestras piedras recurrentes.

Si antes el cubano llevaba a su plato la papa con carne, ahora lleva… 

Un popular personaje de la telenovela cubana Salir de Noche, ahora le tendría que decir a su esposa:

El Papa no pela papa… porque no hay papa para pelar.